MARKET INSIGHT – Noviembre 2023
MARKET INSIGHT
El análisis mensual de Prime Partners sobre la actualidad económica y los mercados financieros mundiales
¿Aterrizaje suave, pero con el avión averiado?
Los meses de otoño han transcurrido igual para los mercados financieros este año. Tras un mes de septiembre un tanto difícil para los inversionistas, octubre no les dio tregua, ni mucho menos.
Las razones del descenso continuado durante el mes pasado no hay que buscarlas en la cohorte de temores más o menos realistas que se han venido planteando regularmente desde principios de año. Las primicias de la temporada de resultados demuestran una vez más la resiliencia de las grandes empresas estadounidenses, aunque como cabía esperar, las declaraciones de los directivos sobre las perspectivas para 2024 estén teñidas de una prudencia que los operadores no suelen apreciar.
Del mismo modo, los principales indicadores económicos no han sorprendido a muchos en las últimas semanas y no explican la caída general de las acciones que estamos observando.
Lamentablemente, una vez más, los acontecimientos geopolíticos y el ataquede Hamás contra Israel el 7 de octubre volvieron a recordar a los inversionistas la fragilidad del mundo actual y el hecho de que la era de lo que algunos llamaban «dividendos de la paz» ha terminado totalmente para nuestras economías y,por carambola, para los mercados financieros.
En la vida de una cartera, hay muchas cosasque se pueden prever, modelizar y, cadavez más, incluso confiar a la inteligencia artificial, y otras contra las que sólo la diversificación brinda una protección almenos parcial. Es el caso de una pandemia mundial como el COVID-19, la invasión rusade Ucrania o los ataques contra Israel enoctubre. En los tres casos, se han barajadode nuevo las cartas, han surgido nuevasdinámicas de mercado y, por supuesto, nuevos riesgos para los inversionistas.
Aunque por el momento nadie parecedesear que el conflicto trascienda la Franjade Gaza, los operadores han tenido queasumir el hecho de que una expansión del conflicto podría tener un impacto indudable en el precio del barril de petróleo. Esto viene a aumentar la incertidumbre en torno a la prolongación de la desinflación y al momento en que los banqueros centrales cambien de tono.
En el término «política monetaria», probablemente sea la palabra «política» la que vaya a cobrar más peso en los próximos meses. Además de la inestabilidad actual, 2024 también marcará el final del mandato de Joe Biden y el probable regreso de Donald Trump a la contienda electoral. Las recientes vacilaciones para encontrar un presidente de la Cámara de Representantes y el posible «shutdown» del Gobierno estadounidense son ejemplos concretos de los factores que Jerome Powell y su equipo tendrán presente a la hora de evaluar la salud de la economía estadounidense.
La espiral del miedo es algo fascinante en los mercados financieros y, entre los negros nubarrones que se ciernen sobre nuestras cabezas, es fácil señalar algunos indicadores u observaciones que apuntan aque la supuesta resiliencia de la mayor economía del mundo puede ponerse enentredicho.
En primer lugar, la caída de la inflación, talcomo se calcula en el índice IPC estadounidense, e incluso la observada en la parte «core» de este índice, son cuestionadas regularmente y, según algunos, no reflejan realmente la situación real de los consumidores en el día a día.
De hecho, en Estados Unidos, el ciudadano medio estaría mucho más «estrangulado» de lo que sugieren las cifras, y la baja tasa de desempleo observada se debería enparte a que muchos estadounidenses sehan visto obligados a aceptar un segundo empleo para llegar a fin de mes. En la misma línea, la tasa de impago de las tarjetas de crédito está en máximos históricos, lo que alimenta la teoría de que la salud del consumidor es un espejismo. Esto se ha reflejado por otra parte en el índice de consumo discrecional.
En el término «políticamonetaria»,probablemente sea lapalabra «política» la quevaya a cobrar más pesoen los próximos meses.
También es difícil no fijarse en el comportamiento en los últimos meses del índice Russell 2000, compuesto por empresas de pequeña y mediana capitalización, que refleja el estado deltejido económico del país. El índice ha vuelto prácticamente a sus niveles de 2018, echando por tierra todo el rendimiento de los últimos cuatro años, que se logró en gran medida durante un periodo de condiciones monetarias muy favorables.
Unas tasas de refinanciación muy elevadas, una montaña de deuda en bonos que deberá refinanciarse a partir de 2024/2025 y el temor a un «aparato económico» más perjudicado de lo previsto en 2024 han tenido un impacto especialmente negativono sólo sobre el Russell 2000, sino también sobre una serie de grandes nombres cíclicos estadounidenses como 3M, Dow o Deere.
¿Y qué hay de Europa? Las economías del Viejo Continente ofrecen menos paradojas que su homóloga estadounidense. La desaceleración coyuntural se deja sentir desde hace algunos meses, sobre todo en los países con un gran componente industrial, Alemania a la cabeza. Los recientes discursos de Christine Lagarde sugieren que el BCE imitará ahora a la Reserva Federal estadounidense y mantendrá altos las tasas de interés para observar los efectos desinflacionistas. Un aterrizaje suave, sí, pero de una suavidad bastante relativa.
Más allá de una coyuntura que siguesiendo aceptable (bajo desempleo, un número limitado de empresas en quiebra), el aumento de los spreads de crédito entrebuenos y malos discípulos (Alemania vs. Italia), así como el bajo rendimiento de los sectores cíclicos a ambos lados del Atlántico, confirman el nerviosismo de los inversionistas ante las perspectivas económicas para 2024.
Por último, los índices de acciones europeas siguen adoleciendo de la falta de grandes líderes tecnológicos cotizados en las bolsas del Viejo Continente, en los que se basa casi por completo el rendimientode los activos de riesgo este año.
A pesar de este cuadro de un entorno general necesariamente algo menos alentador que el que pintábamos hace unos meses, no hemos querido modificar nuestras asignaciones, cuyo perfil más bien defensivo, sobre todo por nuestra infraponderación en acciones, nos parece bien adaptado.
Los operadores hanañadido una prima deriesgo adicional a losmercados actuales
La temporada de resultados no deparó grandes sorpresas negativas y, como lo habíamos previsto, la volatilidad inducida por la prudencia de las perspectivas acabó materializándose en las cotizaciones.
Dos meses de caídas sucesivas de los índices de acciones nunca son agradables, pero el entorno que hemos vivido en los tres últimos años, poblado de perturbaciones exógenas, nos recuerda que los cambios bruscos en una asignación suelen provocar accidentes en lugar de prevenirlos.
El deterioro adicional de la situación geopolítica mundial no tardó en reflejarse en los precios. Los operadores han añadido una prima de riesgo adicional a los mercados actuales, y a que el precio del barril amenaza con subir bruscamente encaso de una degradación importante de la situación en Oriente Medio.
Nuestros puntos fuertes en esta situación siguen siendo los mismos: diversificación dentro de nuestra exposición en acciones, estrategias de nicho en el lado de los bonos con vencimientos, hasta ahora, cortos einversiones alternativas descorrelacionadas.
El oro también está desempeñando plenamente su papel de instrumento «antiestrés» en los mercados actuales.
Por último, el efectivo sigue siendo un activo de elección, y en los últimos meses hemos ido creando gradualmente una posición considerable en nuestras carteras.
Salvo un importante rally de fin de año, 2023 debería ser un año de rendimiento aceptable, impulsado una vez más por la tecnología. La impresionante subida de las acciones, sobre todo stadounidenses, durante el periodo del COVID-19, parte de la cual se esfumó en 2022, no ha reanudado por tanto su marcha hacia adelante. Vemos en ello sobre todo una señal de moderación por parte de los operadores y una normalización de la actividad. Así pues,el aterrizaje suave sigue en marcha, pero puede que el avión necesite una revisión.